domingo, 12 de octubre de 2014

ERNIO, EL MONTE DE LAS ROMERIAS

Dificultad con niños: media. A partir de 5 años 
Aproximadamente 1h30 de ascenso. Sillas de paseo: NO
Aconsejable calzado cómodo. Terreno resbaladizo. En verano protección solar y gorra.

El monte Ernio (1.078 mts), situado en pleno corazón de Gipuzkoa, es considerado por muchos la montaña sagrada por excelencia. 
La cima desde la campa de Zelatun
Son conocidas sus numerosas romerías, que se celebran el Viernes Santo, el último domingo de agosto y los domingos del mes de septiembre, en la que los romeros acuden con cintas de colores para colocarlas en las cruces de la cima y así sanar sus problemas de reuma. Curiosamente en su cima no hay ninguna ermita ni templo, si no que la coronan una treintena de cruces votivas. 


Para llegar a nuestro punto de partida, nos dirigimos en coche por la carretera de Asteasu hacia el puerto de Andazarrate. Enseguida encontraremos una indicación a mano izquierda, que nos conduce hasta Iturriotz (Iturri= fuente (h)otz= frío) donde aparcaremos. 

Allí se encuentra la Venta de Iturrioz, la más conocida de la zona, ya que según cuentan, en ella durmió una noche San Ignacio de Loyola en su viaje de Paris a su Azpeitia natal. Junto a la venta, la ermita de San Juan, y la fuente cuya agua, también cuentan, era buena para quitar la sarna. Desde aquí comienza nuestro recorrido. 

Comenzamos a subir la pendiente por un pinar, el único tramo protegido del sol del recorrido

hasta llegar a un descampado donde ya podemos empezar a disfrutar de las primeras vistas. 







El recorrido no tiene pérdida, continuamos ascendiendo dirección Zelatun, esquivando resbaladizas piedras, por un estrecho camino sin excesiva dificultad, a no ser por la fuerte pendiente (¡o será que yo no estoy muy acostumbrada!). 

Una vez llegamos a la campa de Zelatun ¡qué vistas!... toca "momento-pintxo" en la borda de Antonio (Antonioren borda).
Mmmm.... ¿qué me pido?
Antonioren borda
Y de vuelta al camino... el sprint final. quizás el más duro ¡vaya con la pendiente! Si vais con niños, con cuidado, el camino es estrecho y lleno de piedras. 



Antes de llegar a la cima, nos topamos con la Cruz Sanadora que sostiene unos aros metálicos. Según la tradición, si se pasan por el cuerpo, tienen propiedades curativas. Cierto o no... yo por si las moscas, cumplo con el rito. 

Continuamos el último tramo, en el que prácticamente hay que ir apoyándose con las manos en las rocas, aunque sin mucha dificultad. Allí en lo alto, lidera la cima la gran cruz que asoma hacia los valles de Oria y Urola. Le acompañan una treintena de cruces. 
(Nota 12.10.2014: Retiran las cruces de la cumbre del monte Ernio)

La tradición también manda adornarlas con cintas de colores para sanar los problemas de reuma. Una vez coronada la cima, las fotos de rigor y disfrute de las maravillosas vistas, comenzamos el viaje de retorno por una de las montañas más queridas del País Vasco ¡Mañana nos esperan una buenas agujetas, pero ha merecido la pena! 










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